Según los viejos mitos sumerios, la creación del hombre empieza tras la creación de todo el mundo y el nacimiento de las primeras generaciones de dioses. Cada novedosa deidad tomó su rincón en la cadena de «preservación» construída por el hombre. Pero próximamente deberán hacer una “sub-raza”.
Unos, los mucho más causantes, se ocupaban de regar, otros sencillamente llevaban cestas, y otros mucho más tenían la labor de cerciorarse de que los mucho más nuevos (los dioses inferiores) hiciesen bien su trabajo. Pero de la misma la multitud de el día de hoy, los dioses de esa temporada se quejaban del trabajo duro desde el amanecer hasta el atardecer.
Los Anunnaki y la pseudohistoria actualizada: Zecharia Sitchin
Un avance veloz hasta el siglo XIX en el momento en que los arqueólogos descubrieron docenas de viejas tablillas de arcilla babilónicas. Las compilaciones fueron tan amplias que la investigación y las traducciones siguen hasta hoy.
El constructor azerbaiyano Zecharia Sitchin escribió un libro que organiza las traducciones de 14 tablillas afines a Enki, «Planeta 12», en el que asegura que los viejos sumerios aseveraban que los Anunnaki procedían de un planeta mítico llamado Nibiru.
La Creación del Hombre
No obstante, no deseando llevar a cabo el trabajo de minería, los profesores de Nibiru mandaron a los Anunnaki a fin de que hiciesen el trabajo por ellos. Eran seres de tres metros de altura con piel blanca, pelo largo y barbas. En la Tierra, pese a sus habilidades físicas y mentales, fueron tratados como una suerte de esclavos. En consecuencia, los Anunnaki próximamente se sublevaron contra sus superiores y demandaron la creación de un ser menor para ocupar su sitio.
Todos y cada uno de los significados atribuidos a su nombre
EA, dios de aguas y mares, el señor de la tierra, el asegurador de la raza humana, el dios de las artes y la sabiduría, el bien formado, el buen señor, Nudimmud el clonador, constructor de la raza humana.
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