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¿Cómo es la mirada de una persona ansiosa?

Una herida sensible es un trauma de nuestra niñez. Procede de una experiencia de bloqueo a nivel sensible que no pudimos conducir. Estas lesiones brotan en el inconsciente y programa la manera en que actuamos, reaccionamos o encaramos la adversidad y el enfrentamiento. Estas lesiones son… Leer mucho más Este producto es único para suscriptores Premium.

El enfoque terapéutico

Quizás el enfoque que mucho más resalta la paradoja del temor es el que se apoya en los principios de la Terapia Estratégica Corto (BST). Este modelo de intervención se centraría en la resolución de inconvenientes complejos mediante herramientas fáciles, organizadas y dirigidas. Las técnicas intencionales paradójicas son visibles por su audacia, inicialmente introducidas por el psiquiatra Milton Erickson y después popularizadas por Giorgio Nardone. Este conjunto de técnicas radica en prescribir o sugerir al tolerante que realice algo que le parezca opuesto a lo que se espera para arreglar el inconveniente que experimenta.

Por poner un ejemplo, si un tolerante padece de ansiedad popular, la intención paradójica sería intentar predecir mucho más catastrofes, amplificar sus secuelas y, consecuentemente, sentirse aún mucho más ansioso en ocasiones sociales. Esta sugerencia supuestamente contraria a la intuición para el tolerante tendría como propósito achicar la intensidad de la ansiedad y prosperar la aptitud del tolerante para encararla.

Las manos en el lenguaje corporal del temor

Las manos pertenecen a los elementos mucho más esenciales en el lenguaje corporal del temor. Entre los movimientos que delata la ansiedad es esconderla. Desde la antigüedad, sostener las manos juntas fué un ademán de paz, armonía y amistad. Da a comprender que no esconde nada, que no transporta un arma ni nada que logre dañar a otros.

La gente inconscientemente dejamos las manos a la visión del resto en el momento en que nos encontramos en silencio. En cambio, si sentimos temor, desconfiamos de la situación o deseamos expresar nuestras reservas, hacemos lo opuesto. Ocultamos las manos, así sea guardándolas en los bolsillos, colocándolas tras nosotros, dejándolas bajo la mesa, etcétera.

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