Itahiza Domínguez, sismóloga del Centro Geográfico Nacional, examina en única para Volcanes de Canarias la actividad observada en el oeste y en la costa de la isla de Tenerife.
Artículo: VC Imágenes: IGN/Clarín
85 días y ocho horas de actividad
En suma, el volcán fue 85 días y activo en España a lo largo de ocho horas y ocasionó daños por un valor de prácticamente 900 millones de euros, según informó el asesor de Gestiones Públicas del Gobierno de Canarias.
Específicamente, el volcán inició su actividad el 19 de septiembre. Ahora mismo, y basado en los últimos datos catastrales del Cabildo de La Palma, se conoce que su actividad destrozó 1.676 inmuebles, 1.345 de los que estaban premeditados a empleo residencial. Por otra parte, los datos proporcionados por el satélite Copernicus detallan que la salida de lava ha cubierto 1.241 hectáreas de tierra, 370 de las que son tierras agrícolas.
«Quemaremos»
Cima Vieja, turistas en la terraza de la Iglesia Parroquial de La Sagrada Familia | Crédito de la fotografía: Carsten Peter
A lo largo de prácticamente 86 días desde el 19 de septiembre de 2021, la roca derretida fluyó de las grietas en la cresta Cima Vieja de la isla, vertiéndose cuesta abajo en corrientes refulgentes que se ramificaban como los hilos de una corriente trenzada y conectaban . El volcán no cobró víctimas directas. Pero la erupción escupió mucho más de 200 millones de metros cúbicos de lava, formando un cono de ceniza y roca de sobra de 200 metros de altura donde nos encontramos en este momento.
26 de octubre de 1971: aparece un nuevo volcán
El martes 26 a las 15:00 horas aparece un nuevo volcán en el campo de La Palma entre enormes ruidos subterráneos y estruendosas detonaciones. Tras unos minutos, compactas columnas de humo se elevan hacia el cielo. Y todo ello en una región que hasta el momento era totalmente llana (Cima Vieja). Ciertos vecinos se aproximaron a la región y lograron ver la tierra abriéndose y fuego, rocas y columnas de humo saliendo de ella por 2 bocas distintas y empezando a verter la lava hacia el mar.
Los vecinos que estaban recogiendo uvas cerca de la región corrieron a ponerse seguro al percibir el estruendos y las detonaciones, dejando sus pertenencias en el campo. La ceniza candente destrozaría una gran parte de la cosecha de uvas que aún quedaba por agarrar.
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