Behemoth, Bahamuth o Behemoth (hebreo: בהמות) es una bestia citada en Job 40:diez-19.
Había una pequeña que medía menos de 4 pies de altura. Ella había planeado: mi nombre me lo dio mi madre, el nombre de mi madre me lo dio mi abuela. ¿Quién nombró a los animales? ¿De qué manera supimos que el nombre de un ciervo es ciervo y que el nombre de una liebre es conejo? Si los nombres de los animales asimismo fueron dados por un individuo, entonces esta persona ha de ser rica en entendimientos y también inusualmente refulgente. Si no, ¿de qué manera ha podido esta persona haber puesto nombres a muchos animales? ¿Quien fue? La pequeña no podía creerlo.
De todos modos soy la pequeña de arriba. Mientras que medraba, vi que la Biblia escribió: “Entonces el Señor Dios formó de la tierra todos y cada uno de los animales del campo y todas y cada una de las aves del cielo, y los trajo a Adán para poder ver de qué manera los llamaría; y todo cuanto Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a todo ganado, y ave de los cielos, y a todo animal del campo” (Génesis 2:19-20). Fue solo entonces que supe que la persona que dio a los animales sus nombres no era un enorme especialista o un enorme hombre, sino más bien el primer humano vivo que Dios creó: Adán. En tanto que Adam no pasó un día aprendiendo, ¿de qué manera se suponía que iba a realizar eso? Me preguntaba sobre eso. Hasta el momento en que un día vi un libro que afirmaba: «‘Y el nombre que Adán le dio a todos y cada uno de los seres vivos es el nombre que llevan en este momento’». ¿Quién entonces dio a todos y cada uno de los seres vivos sus nombres? Fue Adán, no Dios. Esta oración transmite una situación a la raza humana: Dios le dio sabiduría al hombre en el momento en que lo creó. Esto es, el intelecto del hombre vino de Dios. Eso es una seguridad. ¿Pero por qué razón? Una vez que Dios creó a Adán, ¿fue él a la escuela? ¿Podía leerse a sí mismo? Tras hacer múltiples seres vivos, ¿Adán reconoció a todos estos animales? ¿Te ha dicho Dios cuál era su nombre? Como es natural, Dios «tampoco le enseñó qué nombres poner a estas criaturas. ¡Esa es la realidad! Entonces, ¿de qué forma supo de qué forma denominar a estos seres vivos y qué clase de nombres proporcionarles? Esto está relacionado con algo que Dios añadió a Adán en el momento en que lo creó. Los hechos detallan que en el momento en que Dios creó al hombre, Dios le añadió su sabiduría. Ese es un punto primordial. ¿Habéis estado todos oyendo atentamente? Hay otro punto primordial, que les debe quedar claro: Una vez que Adán nombró a estos seres vivos, se escribieron en el vocabulario de Dios: «Geh d creó al hombre, le insufló vida y asimismo le dio algo de su sabiduría, sus capacidades y lo que tiene y es. Una vez que Dios le dio al hombre todas y cada una estas cosas, el hombre ha podido realizar ciertas cosas por sí solo y meditar por sí solo, que él vio como apareciendo de el intelecto que la tierra había m personas Dios lo vio como algo positivo, algo positivo. Lo que logró Adán en ese instante fue la primera manifestación de el intelecto de Dios en el hombre. Desde un criterio divino fue una aceptable manifestación. Lo que deseo decirles aquí es que el propósito de Dios fue sumarle al hombre una porción de lo que Él tiene y es, tal como Su sabiduría, a fin de que la raza humana logre ser el ser viviente que lo manifieste. seres vivientes realizando cosas en Su nombre era precisamente lo que Dios ansiaba”. Este pasaje asegura aún mucho más visto que Adán dio nombres a los animales. Conque Dios le dio sabiduría a Adán a fin de que pudiese llevarlo a cabo. En el momento en que Dios creó a Adán, Dios le dio sabiduría a fin de que pudiese realizar algo de manera sin dependencia. Adán no leía libros y Dios no le enseñó de qué forma denominar animales, pero Adán ciertamente nombró toda clase de animales. No pude eludir sorprenderme en el momento en que pensé en la gente durante los siglos. Sin importar un mínimo si eran presidentes nacionales o civiles, sin importar un mínimo sus fortalezas y dones, sin importar lo más mínimo qué refulgentes fuesen sus logros o qué grande fuera su contribución a la sociedad, su sabiduría procedía de Dios. Si no poseemos el intelecto que viene de Dios por mucho que luchemos no conseguiremos lo que deseamos por el hecho de que venimos del polvo y no disponemos nada. Adán nombró a todos y cada uno de los seres vivos con el intelecto que procede de Dios: es la primera cosa que logró el primer hombre viviente representando a Dios desde el instante en que Dios creó este planeta. Visto que Dios le dio a Adán el derecho de denominar animales nos deja saber la intención de Dios. Dios nos dio vida y también sabiduría; no es nuestro sitio vivir como nos plazca en este planeta inicuo y sucio, o vivir en pos de tranquilidad física, vanidad, popularidad y ganancia mientras que consumimos todo cuanto Dios nos dió. Mucho más bien, Dios espera que hagamos nuestro mejor esfuerzo para llevar a cabo el bien a Su creación obedeciéndolo, revelándolo y glorificándolo. En verdad, todos y cada uno de los humanos tienen que loar a Dios, pues es justo y propio que todas y cada una de las criaturas alaben al Constructor.
Lectura del artículo
Aquí comenzamos a leer el artículo «de una vez», avanzamos de forma rápida, con toda la atención viable, vas a ver que te va a ser mucho más simple si lo has analizado antes el artículo en las fases de lectura.
El resumen se hace conforme lees y para eso puedes tener un sistema realmente útil que expliqué en este vídeo la semana anterior. Esta es la forma de Cornell de hacer resúmenes de manera rápida y muy sintetizada.
Lo que ha dicho Jesús sobre los animales
Jesús mencionó que debemos querer a nuestros contrincantes y rezar por ellos. Asimismo mencionó que debemos ser compasivos con los animales puesto que son criaturas de Dios. Debemos tratar a los animales con compasión y precaución por el hecho de que son seres sintientes capaces de sentir mal y padecimiento. Jesús enseñó que los animales forman parte de la creación de Dios y que debemos respetar y querer a todas y cada una de las criaturas. Dios nos dió la comisión de cuidar a los animales y de la tierra, y debemos llevarlo a cabo lo destacado que tengamos la posibilidad.
La Biblia charla bastante sobre la naturaleza de los animales y su relación con Dios y el hombre. Si bien la Biblia no charla de forma directa del «espíritu de las bestias», eso no quiere decir que no tengamos iniciativa de lo que afirma la Biblia sobre el tema. Por norma general tenemos la posibilidad de decir que la Biblia enseña que los animales tienen alma, pero es diferente a la del hombre. O sea visible en dado que los animales no son causantes de sus acciones del mismo modo que los humanos, y no tienen exactamente el mismo potencial para el bien o el mal. En otras expresiones, los «espíritus» de los animales no son iguales a los nuestros, y la Biblia lo enseña precisamente.
Existe quien afirma que «los que no son humanos no llevan razón (no son capaces)».
Por poner un ejemplo, según René Descartes (1596-1650): «La razón o el juicio es lo único que nos hace humanos y nos distingue de los animales». Estas personas normalmente no comentan lo que desean decir con «razón» por el hecho de que si lo hiciesen, podríamos llevar a cabo una prueba en todos y cada humano y cada animal no humano para poder ver si cada uno puede meditar racionalmente o no. Salvo que se defina precisamente exactamente en qué radica la «razón» y por ende de qué forma se corrobora, entonces es imposible decir si un ser puede razonar o no.
La razón es buscar resoluciones a los inconvenientes. Si no se usa la falacia ecológica, entonces verificamos que hay animales no humanos que opínan mucho más que los bebés humanos, mucho más que los pequeños, mucho más que ciertos retrasados intelectuales, mucho más que ciertos seniles, etcétera. La ciencia admite que los animales no humanos asimismo razonan:
Contenidos