Los cobrizos y negros se refugian en grutas a lo largo de los gélidos inviernos de las zonas mucho más septentrionales, donde pasan un largo sueño: la hibernación.
Otros animales dormidos
Aparte del koala y el perezoso, hay otros animales que tienen bastante, si no bastante, sueño.
- Armadillo: duerme como el perezoso. Únicamente una hora menos. Un día descansa 19 horas.
- Zarigüeya: De la misma el armadillo, duerme 19 horas cada día.
- Lemur: descansa unas tres horas menos que ámbas precedentes. Su sueño períodico es de 16 horas.
- Hámsteres: Acostumbran a reposar 14 horas cada día.
- Ardilla: duerme tanto como un hámster (14 horas).
- Gato: Son las mascotas que mucho más duermen. Cuando menos 13 horas cada día.
Es así como se comporta el cuerpo del oso pardo a lo largo de la hibernación:
- Su continuidad cardiaca cae de 40-50 latidos por minuto a unos diez latidos por minuto. Esto asimismo disminuye el fluído sanguíneo y la proporción de oxígeno que llega a sus órganos vitales, pero este animal tiene una endorfina que ralentiza el metabolismo celular general para subsistir a escenarios tan bajos.
- Los corazones de los osos son impresionantemente polivalentes y se amoldan tanto a las enérgicas ocupaciones veraniegas como a las largas siestas invernales.
- Las reservas de grasa amontonadas en los meses anteriores a la hibernación le dejan sostener sus permanentes funcionales: su temperatura corporal desciende solo 4-5 grados.
- A lo largo de este desarrollo, el oso pardo no orina ni defeca. O sea viable por el hecho de que tienen microbios en sus intestinos que transforman la urea en otra forma nitrogenada que se emplea para crear aminoácidos. Es tal y como si transformaran la orina en proteína.
- Pese a la carencia de actividad, sus músculos solamente se desgastaron y sus huesos no padecieron fracturas.
Pero hay mucho más. ¿Sabías que las hembras dan a luz en invierno? Por increíble que parezca, la madre le da calor y leche a su niño en la mitad de la “huelga de apetito”. Sostener la temperatura corporal de los recién nacidos y a lo largo de la lactancia necesita un enorme gasto de energía para su supervivencia, que solo es viable merced a sus reservas y metabolismo. Los perros chiquitos se quedan con la madre a lo largo de unos un par de años y medio, con lo que las osas se reproducen cada tres años.
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