China y USA son las primordiales potencias económicas de todo el mundo. Si bien EE. UU. encabeza la clasificación, China ha tresdoblado el valor de su economía a lo largo de la última década y el Fondo Capital En todo el mundo (FMI) predice un desarrollo del 6,3 por ciento, en comparación con el 2,5 por ciento estadounidense. El incremento de sus importaciones en los últimos tiempos es una enorme ocasión para ingresar en su mercado. Pero, ¿de qué forma se exporta al enorme asiático?
El país asiático es el mayor exportador mundial y su incontenible desarrollo lo transforma en un mercado que demanda poco a poco más modelos. En verdad, España es líder en la exportación de aceite de oliva y vino a China.
La desaparición de Mao Zedong
Tras la desaparición de Zedong en 1976, China precisaba un cambio de rumbo. Y mientras que la multitud en China se moría de apetito, las cosas no podían ser mejores en Occidente. Las economías de Europa y USA estaban en apogeo, y el en este momento enorme asiático se encontraba muy por detrás.
El ascenso de China se genera en 1978 en el momento en que Deng Xiaoping llega al poder. Era un tanto mucho más abierto de cabeza que Mao. Y sí, pensaba que su país debía presenciar con el capitalismo, siempre y en todo momento bajo un férreo control estatal. Deng Xiapoing medía solo 1,52 metros y lanzó un programa integral de reforma económica. Su propósito era liberalizar la economía y también industrializar el país, abandonando varios de los principios marxistas tradicionales introducidos por Mao Zedong.
Centro de todo el mundo
“Generalmente –afirma Badaró– cada vez existen más conciencia de que China es el centro de todo el mundo, en especial entre las clases medias y altas. Aun puedes verlo en dado que cada vez más y más están retornando. Usted sabe que China es un país clave para el avance empresarial y tecnológico en múltiples campos de la ciencia y la tecnología. Lo que hace 30 años era falta de autovaloración hacia Europa y USA en este momento se está eliminando.”
El espectacular desarrollo económico de las últimas décadas convirtió a China en entre los países mucho más poderosos. El progreso de la Novedosa Ruta de la Seda -el enorme emprendimiento comercial de conectividad y también infraestructura marítima y terrestre entre China y el resto de todo el mundo- está expandiendo su poder comercial en el mundo entero. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las inversiones chinas en América Latina superaron los $64 mil millones entre 2010 y 2015. En el momento en que reventó la pandemia, el cese de la actividad industrial del enorme asiático paralizó el comercio mundial y, lo más esencial, la industria extractiva en nuestra zona. Pese a ello, la economía china medró 2,3 puntos en 2020.
Elefantes y tigres
A Eva Borreguero Sancho, catedrática de Ciencias Políticas en la Facultad Complutense y experto en el sur de Asia, le agrada utilizar una metáfora para charlar de la comparación. “India sería como un elefante, al paso que China y el resto de los países del sudeste asiático serían mucho más como tigres”, afirma. Uno es mucho más retardado y menos maniobrable que el otro, pero al tiempo mucho más permanente.
Borreguero repite que se frecuenta decir que lo que se hace en China se hace al revés en India. En otras expresiones, muchas de las debilidades de China son las fortalezas de India y al reves. En frente de la India diversa y democrática, un país con 22 lenguajes oficiales y cientos y cientos de dialectos, etnias distintas y etnias fragmentadas en naciones durante los siglos, se alza una China comprometida con la mayor homogeneidad viable. «Lo que ella sospecha es que esa variedad hace difícil mucho más la toma de resoluciones y que la administración política como democracia es mucho más lenta que precisamente un modelo como el chino, considerablemente más homogéneo. China tiene una cultura hanificada, un sistema centralizado y autocrático», detalla el especialista.