Por norma general son mucho más peligrosos que los rayos puesto que tienen la posibilidad de atravesar la barra cilíndrica de hierro y cerrar puertas y ventanas; Además de esto, en el momento en que un rayo cae sobre una instalación, casa o departamento, puede extenderse mediante cables u otros sitios con carga eléctrica.
17 turismos se ven damnificados por un rayo. Fuente Cadena 3.
En la tarde de este miércoles, un rayo cayó sobre la vía de ingreso a La Cumbrecita en el Valle de Calamuchita, ocasionando daños eléctricos totales a 17 vehículos, aparte de rotura de cubiertas y explosión de parabrisas en múltiples automóviles.
Especificaciones de los rayos
Como se mentó en la sección previo, los rayos se acostumbran a confundir con los rayos, en tanto que se estima que son idénticos a estos últimos, hay algo que los distingue. y es la intensidad. No obstante, sus especificaciones son:
- Lo desarrollan las tormentas, con lo que es un fenómeno eléctrico.
- Su duración es de manera significativa mayor que los flashes ordinarios.
- Su forma puede ser esférica, globular, con apariencia de lágrima o de bastón, cambiando su tamaño desde una pequeña arveja hasta múltiples centímetros, unos 40 o de esta manera.
- Su profundo brillo probablemente se deba a una combinación química.
- Son probablemente mucho más peligrosos que los rayos por el hecho de que su poder destructivo es mayor.
- Es rarísimo, con lo que no hay mucha prueba fotográfica de él.
- Según los registros del explorador ruso Vladimir Arsenyev, quien aseveró haber visto relámpagos en bola en 1908, se mueven poco a poco y se amoldan a la topografía del rincón donde se muestran.
Chispas y Fuego de San Telmo
Ciertos rayos tienen la posibilidad de tomar la manera de una esfera radiante, lo que se conoce como rayo en bola o chispa. En contraste a la corto descarga de un rayo ordinario, el rayo en bola puede mantenerse en el aire. No obstante, este es un fenómeno extraño.
Un fenómeno afín son los llamados “incendios elmen”: es un resplandor blanco azulado refulgente, en ocasiones similar al fuego, que hace aparición en los mástiles de los navíos a lo largo de las tormentas eléctricas. Fué popular por los marineros desde la antigüedad y se consideraba un óptimo augurio. Cristóbal Colón se halló con el incendio de San Telmo en su segundo viaje a América, y fue informado por su hijo Hernando. La ocurrencia de este fenómeno asimismo se cuenta en el períodico de Antonio Pigafetta en su viaje con Hernando de Magallanes.